Innovar es un requisito indispensable para la competitividad, pero ¿qué sabes al respecto? Conoce aquí las expectativas vs. la realidad de los procesos de innovación.
En la actualidad, somos testigos de cómo las innovaciones, no solo en un sentido tecnológico, sino en todos los ámbitos de la sociedad moderna, avanzan a una gran velocidad, en comparación al tiempo que tomaba en el pasado presenciar cómo grandes cambios se adaptaban a la vida cotidiana.
En gran medida, esto se debe a que muchas empresas han visto en la integración de procesos de innovación resultados en términos de rentabilidad y competitividad, por lo que hoy vemos una carrera en ofertas de innovación.
Entonces, la innovación entendida cómo proceso y actividad, como veremos más adelante, ha demostrado ser la clave en el mundo de hoy para destacar, incrementar los ingresos, y en consecuencia crecer y asegurar la permanencia en el mercado, que cada día se encuentra más saturado.
Por lo anterior, queda claro que es indispensable para las empresas implementar procesos de innovación de manera integral, tanto en la operatividad interna como en sus servicios y productos, ¿pero qué es y cómo se ejecutan en realidad dichos procesos?
Expectativas erróneas sobre la innovación
Contrario a lo que suele creerse, la innovación más que un suceso creativo que se espera surja de manera espontánea y ofrezca resultados inmediatos, es un proceso que debe ser planeado, con estructura, fases, objetivos, metas y tiempos bien establecidos.
Asimismo, otra idea común, pero errónea que se tiene, es que la innovación se limita a cuestiones tecnológicas, es decir, no se considera que también puede estar enfocada en la operatividad y estrategias comerciales de la organización, o bien, en los canales de comunicación con los consumidores.
Por lo tanto, que el proceso y resultado de innovación no conduzca precisamente al lanzamiento de nuevos productos o servicios, no querrá decir que los resultados no sean tangibles y que los beneficios y su impacto financiero no sean cuantificables.
Realidad, ¿cómo se lleva a cabo la innovación?
En este mismo sentido, la transformación digital de procesos y servicios pudiera no bastar como estrategia, en cambio, el camino ideal para emprender un proceso exitoso de innovación es partir de alguna de las siguientes líneas de acción:
- Cambios en los patrones de comportamiento del consumidor.
- Necesidades insatisfechas del cliente.
- Cambios en la industria.
- Un posible nuevo mercado de interés.
- Nueva solución técnica.
- Nuevas tecnologías y modelos de negocio.
Es necesario entonces, comenzar un proceso de innovación con base en los patrones de consumo y cambios en la industria, antes que partir de grandes inversiones en tecnologías o desarrollo de nuevos productos que no consideren lo anterior.
Por otra parte, los procesos de innovación deben tomar en cuenta las capacidades y recursos reales de la empresa, de modo que estos puedan ser sostenibles por el plazo que se requiera durante el proceso, para garantizar el desarrollo y la continuidad de la organización.
La innovación es un proceso gradual
La innovación suele pensarse como si fuera un objeto, que se adquiere de forma espontánea, de la cual los colaboradores adquieren en automático el conocimiento sobre lo que es y su funcionamiento, sin embargo, no sucede así.
Recordemos que los procesos de innovación toman tiempo y no ocurren como un acto de magia, pues lo que se hace es transformar ideas en novedosos:
- Productos o servicios.
- Procesos de fabricación.
- Procesos operativos.
- Canales de comunicación interna y externa.
- Métodos de organización o comercialización.
Como todo proceso empresarial, debe ser gestionado y controlado, para ello se requiere de planeación, estructura, además de ejecutarse en tiempos y fases establecidos, con objetivos a cumplir en cada una, además de metas finales claras.
Pensemos en el proceso de innovación como una receta de cocina, donde habrán de considerarse ciertos elementos que intervendrán en el proceso: creatividad e inspiración puntual, conocimiento técnico y herramientas tecnológicas, además de determinado tiempo y orden para cumplir con la meta fijada.
Fases del proceso de innovación
De manera general el proceso de innovación puede dividirse en 4 principales fases:
- Ideas. En este primer paso se comienza con la búsqueda, descubrimiento y recopilación de potenciales de innovación, con el fin de concretar una idea con metas y expectativas que posteriormente serán evaluadas.
- Concepto. Análisis profundo y exhaustivo a fin de investigar la información sobre la idea y su posible procesamiento. En este paso se consideran los siguientes elementos:
- Nuevas necesidades del mercado y de los clientes.
- Potencial de mercado, como el tamaño y atractivo del mercado.
- Oportunidades, como las posibilidades de diferenciación frente a la competencia.
- Riesgos y viabilidad, por ejemplo, viabilidad técnica, posibles obstáculos para incursionar en el mercado. Además de cuestiones legales y de regularización.
Posteriormente, se hace la derivación de conceptos para la solución, implementación y comercialización, pero sin dejar de priorizar el análisis de las necesidades del cliente. - Solución. En este paso se desarrolla la solución que más tarde, cuando esté lista, será implementada y lanzada al mercado. Para ello es necesario crear prototipos y realizar las pruebas pertinentes, ya sea en laboratorio o de mercado.
- Mercado. Este último paso del proceso se encuentra estrechamente relacionado con el marketing de innovación y en caso de aplicar, incluye la producción y la logística de acuerdo a lo establecido en las primeras fases.
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